miércoles, 13 de febrero de 2013

Estalactita.

Es como una estalactita, gota a gota, paso a paso, la vida te va dando golpecitos, uno a uno, como las gotas con pequeños restos minerales en forma de arenilla que van formando una estructura vertical que da lugar a una estalactita. Y tú estás abajo, recibiendo cada gota, volviéndote de piedra poco a poco. Notas como toda esa arena que llevan las gotas se te mete dentro, te cala los huesos y te endurece. ¿Y qué puedes hacer tú? nada. Te secas el agua, y a otra cosa, pero la arenilla está dentro de ti, impidiendo que te muevas cada vez más. 

Somos simple y llanamente la suma de nuestras decepciones, de nuestros desamores, de todo aquello que nos hace daño. Cuando somos pequeños y nos quemamos por primera vez en el fuego,  aprendemos que no debemos volver a poner la mano en él. Este fenómeno se da con todo, llega un momento en nuestra vida en el que somos simplemente un conjunto de reacciones ante las cosas que nos dan miedo, nos llevamos tantos palos que al final bajamos la vista sólo con ver la vara, es nuestra naturaleza, nos mantenemos alejados de las cosas que nos hacen daño.